My Dear Brothers and Sisters:

Advent is upon us – a time to prepare our hearts for the birth of our Lord, Jesus Christ, and his return at the end of time.

The penitential nature of the season of Advent allows us time to reflect on our personal weaknesses that prevent us from fully encountering Christ. During Advent, in listening to God’s word, in the hymns we sing, and in the prayers we offer, we focus our attention upon the birth of the Savior who is coming. Let us embrace this sacred time so that God’s graces penetrate our minds and hearts knowing that Christ is found in the Holy Eucharist and is always near.

This month we also recognize the role of the Blessed Virgin Mary in salvation history. 

This year, we celebrate the Solemnity of the Immaculate Conception of Mary on December 9. In 1854, Pope Pius IX’s solemn declaration in his encyclical, “Ineffabilis Deus,” clarified that Mary was conceived free from original sin and therefore she was granted this extraordinary privilege because of her unique role as the Mother of God. Uniquely human, Mary, born without sin, is a model for all humanity in her holiness and purity.

Let us recognize Christ in every moment of our lives and in every person we encounter this season; and let us give thanks to our Blessed Mother for her “yes” to God’s plan. May we too enter this season saying “yes” to God’s invitation to be one with him.

O come, o come, Emmanuel!

Bishop Vásquez

Mensaje de Adviento 2024

Mis queridos hermanos y hermanas:

El Adviento está sobre nosotros, un tiempo para preparar nuestros corazones para el nacimiento de nuestro Señor, Jesucristo, y su regreso al final de los tiempos.

La naturaleza penitencial del tiempo de Adviento nos da tiempo para reflexionar sobre nuestras debilidades personales que nos impiden encontrarnos plenamente con Cristo. Durante el Adviento, al escuchar la palabra de Dios, en los himnos que cantamos y en las oraciones que ofrecemos, centramos nuestra atención en el nacimiento del Salvador que viene. Abrazamos este tiempo sagrado para que las gracias de Dios penetren en nuestras mentes y corazones sabiendo que Cristo se encuentra en la Sagrada Eucaristía y siempre está cerca.

Este mes también reconocemos el papel de la Santísima Virgen María en la historia de la salvación. 

Este año, celebramos la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María el 9 de diciembre. En 1854, la declaración solemne del Papa Pío IX en su encíclica, Ineffabilis Deus, aclaró que María fue concebida libre del pecado original y, por lo tanto, se le otorgó este privilegio extraordinario debido a su papel único como Madre de Dios. Únicamente humana, María, nacida sin pecado, es un modelo para toda la humanidad en su santidad y pureza.

Reconozcamos a Cristo en cada momento de nuestra vida y en cada persona que encontremos en esta temporada; y demos gracias a nuestra Santísima Madre por su “sí” al plan de Dios. También podemos entrar en esta temporada diciendo “sí” a la invitación de Dios a ser uno con él.

¡Oh ven, oh ven, Emmanuel!

Obispo Vásquez