El 24 de junio de 2022 fue un día emocionante para la comunidad de fe de Sagrado Corazón de Jesús en Rusk, ya que la antigua misión fue elevada a parroquia en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. La comunidad celebró con el Santo Sacrificio de la Misa donde el Padre Jorge Dinguis fue nombrado como primer párroco de la nueva parroquia. Luego de la Misa se brindó una comida comunitaria para celebrar la ocasión.
Humildes orígenes
La misión Sagrado Corazón de Jesús en Rusk, Texas, se fundó originalmente en 1906, pero se cerró muchos años después, en 1945.
En septiembre de 1995, la comunidad católica de Rusk fue invitada a una reunión con el Obispo Edmond Carmody, el segundo obispo de la Diócesis de Tyler, para discutir el restablecimiento de la misión en Rusk. El Obispo Carmody influyó en el establecimiento de misiones en toda la Diócesis de Tyler. En aquella época, los católicos de la zona de Rusk viajaban a la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores para asistir a la Misa.
Tras discernir la necesidad de una iglesia en Rusk, la primera Misa se programó para el 22 de octubre de 1995. Debido a que la misión no tenía todavía un edificio para la iglesia, la Primera Iglesia Cristiana de Rusk permitió a la comunidad de Sagrado Corazón utilizar su edificio para las Misas dominicales y la formación de la fe.
Luti Ortega, recuerda haber conducido hasta Jacksonville antes de que se restableciera la misión en Rusk y estar entusiasmada con la nueva misión. “Rusk era un lugar más pequeño y más hogareño”, dijo al recordar los primeros días de la puesta en marcha de la misión.
Durante dos años, la comunidad católica de Rusk compartió el edificio con la Primera Iglesia Cristiana, bajo la dirección del Padre Sebastián Kallarackal, un sacerdote carmelita que fue el primer sacerdote encargado de la misión restablecida.
Beth Long, feligresa de Sagrado Corazón, que ha estado en la parroquia desde aquella primera reunión con el Obispo Carmody en 1995, expresó la profunda gratitud de la comunidad hacia la Primera Iglesia Cristiana.
Pronto compraron un terreno, construyeron un nuevo edificio y, en 1997, la comunidad Sagrado Corazón se trasladó a su actual edificio de la iglesia.
Una comunidad unida
Si tuvieras que usar una palabra para describir la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, esa palabra sería “comunidad”. Con una población de habla inglesa e hispana, la comunidad se ha unido para apoyar la misión, haciendo posible que se mantenga por sí misma como parroquia.
El Padre Jorge Dinguis fue nombrado primer párroco de la nueva parroquia después de servir a la comunidad durante los últimos cinco años. El Padre Dinguis explicó que todo en la parroquia funciona gracias a los voluntarios de la comunidad. La parroquia no contrata a nadie para cubrir las necesidades.
“Conocemos a nuestra gente. El pueblo se une y se ocupa de la parroquia”, dijo el Padre Dinguis.
Cuando hay que hacer cosas en la parroquia, la comunidad se une. Desde la formación de la fe y la preparación sacramental hasta el mantenimiento del edificio, la limpieza, la pintura y mucho más.
La comunidad también ha organizado muchas actividades dirigidas a recoger fondos para apoyar a la parroquia. La venta de comida es bastante popular en la parroquia, incluyendo los tamales hechos por la señora Martha Panuco, la esposa del Diácono Ignacio Panuco.
La comunidad no sólo trabaja en conjunto para mantener a la iglesia, sino que también se reúne para celebrar.
“La gente a veces me llama fiestero”, dijo el Padre Dinguis. “Es bueno tener Misas bilingües, pero hay que tener comunidad. Lo veo como una extensión de la Eucaristía. Reunámonos para compartir una comida”. En Sagrado Corazón, tanto la comunidad hispana como la de habla inglesa se reúnen para estas comidas.
“Todo es cuestión de encontrarse con el otro”, dijo el Padre Dinguis.
Orgullosos de ser finalmente una parroquia
Después de veintisiete años como misión creciendo y manteniéndose, Sagrado Corazón de Jesús es finalmente una parroquia.
El Padre Dinguis se alegra de que Sagrado Corazón se haya convertido en parroquia. “Es necesario que haya una presencia católica estable. Siempre habrá presos y personas en el hospital psiquiátrico, ellos también son nuestros feligreses”, dijo, refiriéndose a la prisión local y al hospital estatal de Rusk.
“Estamos muy orgullosos de que por fin nos eleven a parroquia”, explicó Beth Long. “¡Hemos trabajado mucho!”.